Pornotubers


No sé si tienen una denominación específica, pero nosotros los hemos dado en llamar PORNOTUBERS y, poco a poco, se están haciendo más y más populares. Acá les dejamos una muestra. Pasen y vean.

Lo dicho: no sé si ya se les ha dado una denominación específica, pero los pornotubers son esas parejas de chicos (y no tan chicos) que, en vez de grabar videos tratando de hacerse los graciosos o intentando demostrar un cierto talento en alguna de las ramas del arte, lo hacen para que todos podamos verlos coger. Serían algo así como los youtubers del porno. Supongo que deben existir parejas de heterosexuales que hagan lo mismo, pero (por razones obvias) a mí me interesan exclusivamente las parejas gays que plantan la cámara frente a la cama y se entregan con libertad a los placeres del sexo.

Imagino una larga lista de motivaciones para ello: narcisismo, elevada autoestima, falta de prejuicios, búsqueda de dinero y un largo etcétera. Lo cierto es que cada vez hay más jóvenes (no he visto parejas de maduros que lo hagan) que abren una cuenta en algún sitio porno y suben sus propios videos. Justo es decir que no todos reúnen las condiciones básicas para alcanzar el éxito (sean cuales sean estas) , pero no es menos cierto que algunos merecerían un contrato con alguna de las grandes productoras del Triple X.

Como primera entrega de esta nueva seXXXión en nuestro blog, les presentamos a Zilv y a Rourke, dos bellezas que desde hace unos meses vienen compartiendo en línea sus jueguitos sexuales.

Según cuentan en sus perfiles de redes sociales, son pareja estable. El mayor de los dos es Zilv Gudel, mide 1,85 m, pesa 86 kg y nació el 5 de agosto de 1994. Parece un tanto más grande, pero le vamos a creer, juas (de hecho, algunos que han compartido sus videos lo llaman "daddy", lo que es una exageración). Sobre el rubiecito precioso no dan muchas precisiones pero sí aclaran que se llama Rourke y que es seis años menor que Zilv. La intuición me dice que solo intentan hacernos creer que el chicuelo ya alcanzó la edad legal, juas, pero se lo ve francamente jovencito (aunque también les vamos a creer). Ambos viven en Essex, Gran Bretaña, y según parece llevan un ritmo de vida bastante acomodado. Zilv se presenta como modelo y Rourke como estudiante. Lo curioso es que dicen no tener mucho tiempo para compartir, ya que Rourke ocupa el día con sus estudios y Zilv trabaja de noche. Recuerdo que, hasta hace pocos años, yo también trabajaba preferentemente de noche, pero no me hacía pasar por modelo, jeje. Sea como sea, lo que celebro es que hayan encontrado una manera de aprovechar el tiempo que pasan juntos y que lo compartan con todos nosotros.

Hasta donde he podido averiguar, los chicos no cobran por su trabajo y casi todo su material se haya en Internet de manera gratuita. No obstante, tanto en su perfil de Twitter como en el de PornoHub, publican sus cuentas de Amazon y PayPal, a través de las cuales uno puede hacerles regalos. 
Agradeceríamos cualquier consejo si disfrutas lo que hacemos. PayPal; zilvinasgudel@hotmail.co.uk, o envíenos un mensaje para detalles bancarios! ¡Esto nos permite reservar habitaciones de hotel para filmar, y obtener más equipos de filmación para futuros videos!
¡En absoluto nos parece una mala idea! Los chicos tienen sus gastos y el producto que ofrecen es de muy buena calidad. Deben buscar un modo lícito para solventar su trabajo. ¿No es verdad?

Porque es muy cierto que son buenos haciendo lo que hacen y, video tras video, tratan de hallar un nuevo modo de pasarla bien y compartir sus sensaciones. Sobre todo Rourke que (como buen pasivo que es) se lleva la parte más trabajosa en la faena. La pija de Zilv no es pequeña y, sin embargo, el bello rubiecito se la come con gracia y pulcritud, por donde fuere que le entre. En casa, Sony está un poco celosa porque el pendejo es casi tan bueno como él, juas. En lo personal, Rourke me recuerda mucho a Sony cuando nos conocimos hace más de tres lustros y ojalá el inglesito tenga la misma suerte que nuestra marida, que con treinta y dos años encima todavía parece un pendejo de veinte.


            

            


            


            

            

            

            


            

            

            


            

            

            

            

            

            

            


            

            

            


            

            


            





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