Pasión bajo cubierta

Las Historias de Lukas (1994) - Episodio 6

Sexta entrega de nuestra saga y la cosa se sigue poniendo calentita, juas. Pasen y vean algo que será poco habitual en la historia del porno gay.

            

Continúa la fiesta en el barco y los chicos hermosos que GD seleccionó para nuestro deleite siguen departiendo en cubierta, con sus torsos desnudos y esas ganas de quitarse todo que se les nota en las miradas, juas.

Pero, tal como ya vimos en la escena anterior, debajo de la cubierta, la realidad es muy otra.

            

No pudimos hallar el nombre de este chico tan bonito. Si alguien lo recuerda, se agradecerá el dato.

            

            

            

Debajo de la cubierta, los deseos se liberan de ataduras.

Muy pocas veces hemos visto, en todas las películas que ha filmado, a Johan Paulik asumiendo el rol de activo. Esta es una de sus primeras escenas y una de las pocas en las que lo veremos penetrando a otro chico.

Y el afortunado resulta ser uno de los jovencitos más hermosos que ha pasado por las manos de GD. Su nombre, Peter Sidow.

Junto a Johan y la gran mayoría de los jovencitos de la troupe BA, Peter ha contribuido a un mito que nos ha mantenido engañados durante años. Me refiero a la creencia de que todos los checos y los eslovacos eran chicos maravillosamente hermosos... ¡y gays!

Lamentablemente, muchos abrimos los ojos con el tiempo y descubrimos que eso no era así (sobre todo a través de los capítulos del Cazador Checo), pero guardamos de todos modos el grato recuerdo de esos rostros angelicales capaces de comerse las vergas más alucinantes y entregar sus traseros con la mayor de las hidalguías, juas.

De esta escena destaco principalmente la lubricidad de esas lenguas que serpean alrededor de las vergas y la contundencia de esas manos que saben explorar el cuerpo de su compañero. Se trata de un video muy educativo para quienes buscan el saber, jeje.

Sin embargo, ya desde mi temprana pubertad, fui consciente de un detalle que, a lo largo de las últimas dos décadas, me ha traído más de una dificultad en el despliegue de mis placeres: ¡los pies sucios!

Juro por lo que más quiero que no soporto coger con un tipo que tenga los pies sucios, jajajajajaja. A mis maridos los mando a lavarse los pies antes de meterse en la cama y saben muy bien que no bromeo con eso.

 Esta escena hubiera sido perfecta, de no haber mediado ese detalle tan desagradable. ¡Ni siquiera la musiquita me molesta tanto! jajajajajaja

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

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