Vox Dei
A mitad de la Semana Santa, iniciamos la segunda parte de esta historia tan edificante, que nos pone en contacto con nuestra más carnal espiritualidad, juas.
Otra vez el Padre Salvi se siente atormentado por la culpa y el miedo a los fuegos del Infierno. Pero (¡dichoso él!) es el mismísimo Dios el que le habla y lo libera de sus tribulaciones, je.
Por fortuna, justo en ese momento aparece en escena Tobias Mose, un novicio muy servicial con el cual puede compartir las buenas nuevas.
Y la lección esta vez es que un buen cristiano debe aprender a dar y a recibir, jajajajaja.
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Vox Dei? Vox Gay!
ResponderBorrar¡No sé si querer más al padre o al pequeño novicio!
No es obligatorio elegir solo uno. Podés quedarte con los dos, jajajaja
BorrarEso me parece más real, suele ser el cura madurito quien se benficia del novicio, aunque sé que también se dan esas cosas entre novícios... Claro que, con un novicio como ese, cualquiera cae en la tentación... I repite tantas veces como puede... Jajajajajaja....
ResponderBorrarBesos y abrazos
Imagino que coincidirás conmigo si digo que cualquier tipo de contacto sexual con este novicio es un beneficio jajajajajaja
BorrarTotalmente de acuerdo... ;)
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