Familias Diversas

Dos Espíritus

En el Día del Padre, les dejamos una historia entre tantas otras que nos demuestran que otra realidad es posible.

Como suele llamarnos Zekys, los "irresponsables de este blog" (y nuestro entorno) hemos tenido historias poco agradables respecto de nuestros padres. Tanto que en celebraciones como la de hoy no podemos evitar cierto gustito amargo, como a orfandad.

Mi primer novio oficial (de esos con los que uno va de la mano por la calle y se atreve a presentarlo a los amigos) me llevaba casi treinta años. Al poco tiempo de iniciar nuestra relación, me mudé con él. Yo estaba a punto de cumplir los 19 y él acababa de cumplir 47.

Mi mudanza fue obligada, porque cuando blanqueé la situación en mi familia, tanto mi padre como mis hermanos pusieron el grito en el cielo (específicamente me gritaban "puto de mierda") y me echaron de la casa, con el silencio cómplice de mi madre. Entonces Diego me brindó su hogar y su amor durante los tres años que estuvimos juntos y siempre le estaré agradecido por todo lo que hizo por mí. Lamentablemente, en este tipo de situaciones solemos hablar solo de la homofobia y demás miserias de los mayores, pero también las hay por parte de algunas gentes jóvenes que a estas alturas deberían tener una mentalidad más evolucionada. Nuestra relación terminó cuando Diego ya no pudo lidiar más con los reproches, reclamos y desplantes de sus dos hijas (una de mi edad y otra dos años mayor). Él tuvo que elegir y ya es claro quién perdió.

Pero el video que les comparto hoy demuestra que no todas las historias familiares de los gays son tristes. Se puede ser gay y tener una familia feliz, jeje.

Quizá algún día tome coraje para adoptar... Estoy seguro de que sería mejor padre que cualquiera de los que ya tenemos. Juaco no está muy convencido de querer seguirme en esa locura, pero hasta ahora no ha dicho que no jajajajaja. ¡Quién sabe! Todavía falta mucho. Pero sería lindo.

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