Suspensorios

Para que vean cómo han cambiado las cosas. Hasta hace poco tiempo, en esta casa, los sábados por la noche, en reunión de amigos solo se comía, se bebía y SE COGÍA. Largas horas de desenfreno que se iniciaba a media tarde y se prolongaba durante horas y horas. Pero ya estamos grandes y algunos hábitos se adormecen.

Hoy pasamos largo tiempo discutiendo sobre el título de esta publicación. Sony propuso llamarla simplemente "Jockstrap" y fue secundado por Fede y Juaco. Aliwén y yo, en cambio, estuvimos de acuerdo con la idea central, pero defendimos la importancia de la lengua castellana. João participaba de la reunión vía Zoom, desde San José de Costa Rica (donde se ha afincado desde hace casi un año 😭) y le importaba una verdadera mierda el idioma que usáramos.

No hace falta resaltar (ejem) cuál fue la propuesta que ganó la discusión.

      

      

            

            

            

El otro tema que surgió durante la contienda verbal estuvo relacionado con la historia misma del video.

Como ya verán, los protagonistas son Trevor Brooks, que al inicio realiza flexiones muy tranquilamente, y el tremendo Vincent O'Reilly, que con gran desparpajo se pone a entrenar exponiendo desvergonzadamente el culo. En tal situación, cualquiera de nosotros hubiera hecho lo mismo que Trevor: acercarse al recién llegado y hacer contacto inmediato con esas nalgas, jajajaja. Estaba clarísimo que esa era la idea original de Vincent.

Lo que viene después podría decirse que es imaginable, pero en realidad es mucho más caliente todavía, juas.

El asunto es que nunca falta quien se pregunta si estas cosas suceden realmente en los gimnasios. 

Lo primero que se nos ocurre decir es que no tenemos noticia de que exista algún gimnasio con esa "ambientación" (al menos no en Argentina o en Brasil). Si alguien tiene información que refute lo expuesto, rogamos que nos la comparta en los comentarios, jeje. Un gimnasio ambientado con esos colores y esa iluminación solo puede atraer a personas que buscan sexo. No hay otra, jajajajaja.

Sin embargo, no son necesarias tales luminarias para incitar el descontrol de las gónadas. De hecho, tanto quienes están a cargo de la edición de este blog como sus amigos colaboradores a la distancia damos fe de que siempre hemos garchado en las instalaciones de los gimnasios a los que hemos asistido, jajajaja. Las zonas de duchas y de vestuarios suelen ser "zonas calientes". Incluso hubo alguna vez, acá cerca de casa, en el barrio de Caballito, en Buenos Aires, un gimnasio en el que habían habilitado un salón especial para el "relax".

Dicho esto, somos conscientes de que existen establecimientos en los que la cosa es diferente. Pero tenemos la fundada sospecha de que se trata de locales a los que no asisten los gays, jajajajaja.

¿Ustedes qué opinan?

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

            

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