Bebotes para amar
Ya los vimos juntos el sábado último en Calzones rotos y el éxito fue tal que nos decidió a hacer esta publicación especial con material que nos había quedado afuera. Pasen y sigan disfrutando de estos dos chicuelos que serían capaces de arrasar con nuestras cuentas bancarias jajajajaja.
Antes que nada, repasemos un poco lo que vamos a ver, juas.
Ahora sí veamos a cada uno de los dos protagonistas por separado.
Oleg Dostoevskii
Oleg es el típico niñato con cara de nerd o cara de bobo que en la escuela nadie tiene en cuenta y que, por lo tanto, no coge ni a gancho. Sin embargo, cuando algún distraído o algún benefactor le da una oportunidad, descubre que se trata de un diamante en bruto que todo el mundo ha estado despreciando injustamente.
Entre los tantos motes con que mis compañeros me galardonaron durante la secundaria, uno de los simpáticos era el de "vampiro de leche" (imagino que no es necesario explicar las razones) y doy fe que le hice honores en cuanto pude. A pesar de que siempre tuve una vida sexual densamente ajetreada, nunca cogí tanto como en el período que fue desde los 16 a los 18. Después, ya como profesional y muy a mi pesar, todo se volvió un poco más burocrático. No obstante, en mis primeros años de adolescencia, tuve vergas a rabiar y, cuando quise alguna en especial, rara vez me fue negada, juas.
Recuerdo a Tomás, el chico más tímido del aula, siempre encorvado y temeroso, blanco fácil de la idiotez de los matones, pero genio en el campo de las matemáticas y las ciencias. Estaba perdidamente enamorado de la más tonta de la clase. Debo destacar que la tonta era también la más despanpanante (lo cual no es sinónimo de bella) y Tomy no era el único que se mojaba los calzones cuando la veía. No obstante, él no era nada tonto y sabía muy bien que no tenía la menor oportunidad de lograr siquiera que la mina lo mirara con un mínimo deseo. Y así pasaba sus tiempos solitarios ahorcándose el ganso mientras pensaba en ese amor imposible.
Hasta el día en que se la chupé por primera vez en el baño del club donde la escuela nos enviaba a hacer gimnasia. El chico tenía un verdadero portento entre las piernas y un par de huevos con una capacidad de producción asombrosamente notable. Tácitamente surgió entre los dos una relación de mutuo beneficio: yo le aliviaba sus urgencias y él me facilitaba el entrenamiento en la deglución de grandes herramientas, juas. A los 16 años ya tenía un obús de 20 centímetros y unos cinco o seis de ancho. Pero además era un chico muy dulce y amable que, aun así, desperdiciaba sus anhelos depositándolos en minas que no le convenían y estaban muy por debajo de lo que él merecía. Entre pete y pete, llegamos a hacernos algo así como amigos, pero después de la secundaria nos perdimos el rastro.
Desde el primer momento en que lo vi, Oleg me recordó a Tomy. Aunque esta es una versión mejorada de aquél. Tomy jamás se hubiera animado a hacerse un tatuaje, por ejemplo. Y dudo muchísimo que hubiera juntado el coraje para hacer casting en una porno. Por más que la idea seguro que no le hubiera disgustado, jeje.
Lamntablemente, Oleg solo ha filmado dos escenas. La que vimos el sábado último y otra que fue tan solo una audición y de la cual solo hemos encontrado una versión reducida. La podremos ver, de todas maneras, al final de esta selección de fotos. Por el momento, no hay más material.
O sea que nos quedaremos con las ganas de verlo entregar el trasero.
Tony Keit (o Matthew Palmer)
El caso de Tony es diferente al de Oleg.
Si bien tiene un aire un tanto angelical, no es difícil descubrir en su mirada la picardía y la desfachatez que anidan debajo de esa carita de yo no fui. Su talante aventurero queda expuesto simplemente al analizar su carrera en el campo del porno. Todavía no cumple los 21 años y, en el término poco más de año y medio, ya ha participado en una treintena de videos, junto a chicos de las más diversas edades y dimensiones. Aunque, si hablamos de dimensiones, la vergas que se ha comido en cámara nunca bajan de los 18 centímetros, juas.
Como verán, lo de flaquito y tierno no es más que una fachada que a tantos como nosotros nos despierta el instinto de lobo depredador, jajajaja. Ese culo tan abierto que lleva tan orgullosamente da muestras de años de entrenamiento y me atrevería a suponer que él también es de los que se han alimentado golosamente a partir de las producciones testiculares de sus compañeros de estudios, jeje. Sin embargo, justo es destacar que, aun cuando le haya dado mucho uso, su esfínter permanece lozano y apetecible, a diferencia de otros astros del porno cuyo culo ya es zona devastada.
Por fortuna, material de Tony hay a montones y ya lo iremos compartiendo con todos nuestros seguidores a lo largo de los próximos meses. Y si desean ver alguno de sus videos en especial, solo pedirlo.
Al final, como incentivo, les dejamos un fragmento de la audición que Tony hizo para BoyFun (tampoco conseguimos la versión completa).
Nos gustaría saber la razón de esa fea cicatriz en su pierna izquierda y nos ofrecemos para administrarle los cuidados necesarios, juas. |
¡Con mucho gusto los hubiera visto teniendo sexo juntos!
ResponderBorrar¡Pero los viste, amigo! Son los mismos que aparecen en CALZONES ROTOS.
Borrarhttps://banarres.blogspot.com/2023/06/calzones-rotos.html
Tanto juntos como por separado valen la pena... Y si tuviera que elegir, no se si podría, quizás me quedaría con Tony, pero con dolor de mi corazón por abandonar a Oleg.
ResponderBorrarBesos y abrazos
Para que te pongas contento, te cuento que tenemos MUCHO material de Tony para compartir en los próximos tiempos, juas.
Borrar¡Què bien! ¡Me maravillrá! Seguro
BorrarBesos y abrazos
Josep Peaceforever
Cara de nerd o cara de nene, los dos tienen lo que hayque tener para hacerme feliz jajajajaja
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